viernes, 11 de septiembre de 2020

Cuando Ícaro tomo su vuelo

Habla de mí, qué hago aquí… recuérdame, los días van

José María Arreola. Los días van


Cuando Ícaro tomo su vuelo

Por: Esther Bécquer.

Alfonso André, uno de los íconos más representativos del rock mexicano, zurdo de nacimiento, músico por vocación, baterista por pasión, se ha convertido en uno de emblemas musicales más activos y creativos de la sendera artística. Iba por su quinta década de existencia, cuando decidió cumplir con uno de sus sueños más pronunciados de su alma inquisidora… ser intérprete de las canciones que tanto amaba. Alfonso nunca dejó de ser uno de los bateristas más talentosos del rock hispanoamericano, constante, disciplinado, apasionado, versátil y profundo. Casado con uno de los pilares vocales más importantes de nuestro país (Ceci Toussaint) y quien estuvo determinado a arriesgarse a trabajar su voz y juntarse con virtuosos músicos que lo han acompañado en su trayectoria artística. Su espejo ya no reflejaba su pasado con Caifanes, Jaguares y la Barranca, su espejo vivencial ahora reencarnaba a un nuevo ser: un ser hambriento por proyectar sus estados anímicos, sus estados hedónicos disparados por la palabra  y la armonía.

 El baterista Chema Arreola (nieto del gran escritor Juan José Arreola) lo tomó de la mano para escribirle las letras de canciones que poco a poco han definido el estilo de Alfonso, el infranqueable y portentoso Federico Fong, lo acompañó en el bajo, Lari Ruíz Velasco en la guitarra y Fernando de Lara en los teclados y así, plácidamente, se confabularon para crear el álbum Cerro del aire   (2011) del cual destacaron temas como La piel y Penélope de Robi Draco. Las cosas empezaron a funcionar, el deseo de André se empezó a extender en diversas plataformas de forma natural y orgánica. En nuestras cabezas empezó a girar ese estilo peculiar que resulta como íntimo, genuino y con esa personalidad un tanto tímida en el escenario… y el vuelo empezó.


En 2015, Alfonso y compañía lanzan la edición del álbum Mar rojo. Un material que te vuela la cabeza con su sonido, su sello personal, su búsqueda por ser esencialmente único. Se vuelve un material más intenso, personal y oscuro. 
De esta edición sobresalen temas que a nivel personal me fascinan: Ícaro, Mar rojo y Brisa. En esos momentos Alfonso cumplió su metamorfosis, su vuelo incesante. En la dedicatoria de este álbum se destacan estas palabras “A la memoria de mi padre. El Dédalo de mi historia personal. Al arquitecto que me enseñó a construir mis alas. Te has ido, pero seguirás por siempre vivo en mi corazón y en el de tantos otros que tuvieron la fortuna de conocerte”. 

Durante 2018, Alfonso se reúne con músicos de talla magistral y realiza un homenaje a unos de los músicos más arquetípicos de la historia del rock, ustedes saben (David Bowie). El resultado es sobresaliente. Acompañado por la hermosa voz de Noam Tuchmann (evento que tuve el placer de escuchar y disfrutar majestuosamente en el Beat 803 de nuestra ciudad (Puebla). Durante la pandemia que hemos sufrido en este año, Ícaro (alias “Alfonso”) ha reforzado su alas con la realización de covers (uno de los últimos es sobre la canción  One time de King Crimson); y justamente el día de hoy 11 de septiembre lanza una canción inédita bajo el título Los días van bajo la letra del gran Chema Arreola. Hoy que tuve el placer de escucharla, admiro en definitivo a un gran ser humano y artista, que sin poses, ni estereotipos, ha logrado realizar el vuelo para consagrar toda una trayectoria musical. La canción se concentra en la consciencia y la persistencia de la memoria que se nos va, “recuérdame, los días van” dice la canción. André sigue buscando su camino que parece interminable con sus músicos y amigos que nos deleitan con líneas melódicas que marcan un propio estilo… que tu vuelo no termine nunca, querido Alfonso.


1 comentario:

  1. No le he puesto mucha atención a su música, pero se describe antojable como se lee, habrá que sumergirnos algo más profundo 🤟

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